No hay nada que impresione más que una iglesia abandonada con su respectivo cementerio al lado. El cementerio sin cuidar, con las hierbas muy altas y el viento que las mueve permitiendo que asomen las lápidas inclinadas. Una imagen vale más que mil palabras:
Para poder acceder al interior de la iglesia es preciso trepar por una de las ventanas. Y dentro… no hay nada especial:
Menos mal que era de día, de noche este sitio es para hacerse caquita.