Habiendo hecho una reserva con antelación, se puede disfrutar de una visita en la fábrica de la cerveza Darmstädter y después… a probar todas las cervezas que fabrican durante hora y media (creo que fueron dos horas). Te invitan a una salchicha, brezel y pan. ¡Una pasada! Los recuerdos de aquel día no son muy claros, sólo tengo estas fotos:
Como están acostumbrados a que la gente vaya a beber sin parar y sin autocontrol, pues los baños están equipados con el «Lavabo-Vómitos» . No es ni más ni menos que un lavabo con un enorme agujero en el centro (cuidado con el móvil, gafas, anillos, bolsos etc, ¡se pueden perder!) y una palanca al lado. Se parece a un retrete (desde el punto de vista funcional) pero la altura (por encima de la cintura) y la ubicación (justo en la entrada) hacen descartar esta opción. Sin duda es para vomitar.
Aquel día nadie lo llegó a estrenar.
Otro detalle es que al salir del baño te encuentras con pequeño cartelito en la puerta que te advierte de un escalón. ¡Estos alemanes está preparados para todo!
http://www.darmstaedter.de/